Sunday, May 18, 2008
Don Miguel - Padre de 41 hijos
El señor Miguel Gaxiola Montoya nació en Santa Rosa, Sinaloa, el año de 1854 y la señora Cenobia López Armenta, nació en Bacúbiri, pueblo situado en el municipio de Sinaloa de Leyva.
Doña Cenobia fue la tercera esposa de Don Miguel con quien contrajo nupcias en 1899. Su primer matrimonio fue con una dama de nombre Cipriana Castro en el año de 1874 y con ella procreo once hijos de los cuales seis vivieron hasta una edad adulta, mientras los otros cinco murieron al nacer o en los primeros días de su infancia. Los nombres de los primeros fueron: Nicolasa, Fulgencio, Crescencio, Gertrudis, Cecilia y Cipriana. Al nacer esta última niña doña Cipriana murió. De su segundo matrimonio con Luz Álvarez le nacieron la misma cantidad de hijos que en el matrimonio anterior y como dato curioso también se le murieron otros cinco en las mismas condiciones que en el matrimonio anterior. Los nombres de los hijos de la segunda esposa fueron: Octaviano, Domingo, Rita, Micaela, Ramón y Eliodoro. Lamentablemente, Doña Luz no pudo sobrevivir a un maligno tumor y también falleció quedando Don Miguel viudo por segunda vez.
De su tercero y último matrimonio con Doña Cenobia, le nacieron 19 hijos de los cuales 4 no pudieron sobrevivir. Nombre de los hijos que llegaron a ser adultos: Miguel, María, Micaela, Marciana, Manuel, Juanita, Cenobia, Melesio, Maclovio, Donaciano, Juan, Benito, Elicena, Eduardo Jesús y Teresa. Como ustedes notaron, Don Miguel fue un padre muy prolífero y el total de hijos que tuvo de su unión con las tres mujeres fueron cuarenta y uno.
Don Miguel tuvo que trabajar mucho para que su familia bastante numerosa, tuviera lo más indispensable tanto en la comida como en el vestido. Una vez al año hacía viaje especial hasta Culiacán, capital del estado situada a 105 kilómetros al sur de Guamúchil. El trayecto ida y vuelta lo recorría en 15 días a bordo de una carreta tirada por bueyes. Su regreso al rancho era motivo de grande alegría tanto del los hijos grandes como los mas pequeños. Volvía cargado de grande cantidades de piezas de telas de mezclilla, franela, seda importada de China e Indian que venia desde La India. Los chocolates, las galletas y los caramelos hacían las delicias de los hijos menores.
Los pocos habitantes de esa época, reconocían a Don Miguel como hombre de autoridad en el pueblo. Muchos de ellos acudían asiduamente al rancho para oír consejo y siempre recibían de el la orientación adecuada para enfrentarse a los problemas morales y materiales de aquellos tiempos. Era bastante habilidoso, trabajador y previsor. Poseía grande visión y un carácter amable así también como una inteligencia muy despierta. (Tomado del libro, Mi Tío Maclovio, escrito por Felipe Gaxiola Gaxiola).
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